El paraje que rodea esta hermosa laguna es propicio para un paseo tranquilo, el sonido del viento y el canto de las aves deleitan los oídos de los que se acogen a este pedacito de paraíso de la sierra.
Visitamos la comunidad campesina de Ñahuimpuquio a 17 Km. de la Ciudad de Huancayo, está en el distrito de Ahuac en Chupaca. Al llegar nos esperan caballos y vacas pastando, es un paisaje agrícola y turístico, a simple vista se aprecia la legendaria laguna del mismo nombre “Ñahuimpuquio”, que significa Ojo de Agua; a esta laguna se le atribuye mitos e historias fantásticas. Pero lo usual para un visitante es encontrar una hermosa laguna triangular de aguas azul verdosas donde puede navegar y apreciar las variadas especies de aves migratorias.
Este lugar es reconocido por ser un destino recreativo apara familia y amigos, ya que además de rodearte de la naturaleza encuentras recreos campestres donde se ofrece juegos, áreas deportivas y comida típica de la zona, como la trucha frita y la pachamanca.
Es ideal para paseos grupales un fin de semana, las amplios campos verdes permite paseos a caballo, campamento y la pesca deportiva.
Historia y turismo
Pero este destino campestre no solo se caracteriza por su laguna, sino por poseer el Centro Arqueológico de Arhuaturo, un complejo de colcas cuadrangulares, en un total de 16 construcciones que habrían servido como depósito de alimentos. Se ubican al oeste de la laguna en una colina de donde también se puede divisar un panorama más amplio del valle y del nevado Huaytapallana.
Su nombre deriva de dos voces quechuas: “carhua” o “arhua” (quemado) y “turo” (hueso), que sería “arhuaturo” que quiere decir “hueso quemado” o “hueso amarillento”. Aquí se apostó la cultura huanca en el periodo Intermedio Tardío (1200 – 1450) y posteriormente ocupada por los incas luego de la conquista en el Horizonte Tardío.
Para llegar al centro se debe ascender por unas escalinatas, construidas actualmente por sus autoridades para facilitar la visita de los turistas. La subida es relajante, ya que se observa en su totalidad la laguna y se aprecia la flora en todo su recorrido.
Desde lo alto se puede respirar un ambiente relajado y fresco. A esto se suma el asombro que produce las singulares construcciones hechas a base de piedra y arcilla, aquí en su esplendor se ostenta la arquitectura de los antiguos pobladores. Cuentan historiadores como Aquilino Castro, que los alimentos que se guardaban en estas colcas tenían que estar orientadas de sur a norte con el propósito de recibir los rayos del sol para mantener secos y frescos los alimentos almacenados.
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