Es uno de los centros turísticos más reconocidos de Junín. Su historia, valor religioso y cultural hacen que sea un lugar perfecto para conocer, en especial apreciar el convento antiguo.
Ya de por sí conocer el Convento de Santa Rosa de Ocopa es una experiencia de lujo, sin embargo entrar a recorrer por las primeras instalaciones del recinto religioso es volver al pasado y conmoverse con las vivencias de los antiguos franciscanos de 1725.
Su fundador fue Fray Francisco Jiménez de San José, cuya imagen se encuentra en medio del patio central del antiguo convento, con la mirada hacia la entrada de aquella instalación suspendida en el tiempo, con sus techos de teja, sus robustas pilastras y piso empedrado. Aún se conservan los muebles, herramientas y enseres de aquellos años cuando los franciscanos usaban este lugar como un centro de operaciones, para preparar sus misiones que luego llevarían a la selva central.
Cuentan que cada cuarto del ahora llamado Claustro de la Obrería, tiene su área específica como: las habitaciones, cocina, comedor, parroquia, enfermería, herrería entre otras. Solo viendo los artefactos que se conservan en buen estado nos percatamos que los franciscanos trabajaban muy duro, ya que realizaban tareas en todas las especialidades como hacer pan, sus propios muebles, tejidos y lo que requerían diariamente; además de estudiar, curar a los heridos, trabajar la tierra y cuidar a los animales.
Según su historia, tras la apertura del convento y al verse el resultado de las misiones, se requería de más personas para la evangelización católica de los nativos, su fundador además de proponer ampliar el hospicio, solicitó al Rey de España el permiso de establecer un seminario de misioneros en 1732.
Algunos se preguntaran por qué el convento se erigió en la localidad de Santa Rosa de Ocopa; una vez que lo conozcas sabrás el por qué, está ubicado en una zona de lindos paisajes, clima y estratégicamente es un punto de donde se parte y llega de todos los caminos, según el padre Heras.
Desde aquella época El convento de Santa Rosa de Ocopa sufrió innumerables inconvenientes como el de 1824, cuando los franciscanos sufrieron persecución y fuera clausurado el recinto por Simón Bolívar ordenando que se convirtiera en un colegio para los hijos patriotas de la zona. Luego de permanecer cerrado por 12 años en 1832 los frailes retornan a su labor. Ya en 1849 es reconocido oficialmente por decreto promulgado por el presidente Ramón Castilla y de aquí para adelante fue creciendo y expandiendo su misión.
Increíblemente todos estos años están presentes en sus paredes, puertas, escaleras, libros y cuadros; que cuentan solos su historia. Desde el primer árbol plantado en el jardín hasta la última piedra colocada en este santuario. Es momento de descubrirlo y al visitarlo encontraras respuestas.
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