Uno de los cuatro suyos del imperio Inca, está situado en Huánuco Marca, el Chinchaysuyo, años después se trasladó al Valle del Pillco.
Huánuco, una región multicultural y con variedad de lenguas, conserva el Runa Shimi, “el habla del hombre”, como símbolo de una identidad étnica y cultural. La globalización y el intercambio de información, no pueden afectar a las lenguas originarias, asegura, el sacerdote Eliseo Infante Jara, quien por 18 años estudio el quechua en Panao, provincia de Pachitea.
La academia de Lengua Quechua Chinchaysuyu en Huánuco, tiene como objetivo, recuperar la lengua y promover la investigación lingüística, a fin de construir identidad en las diferentes poblaciones vulnerables de la región.
Durante el siglo XVI, los denominaron nacionalidades como: los Yarus, Yachas, Huancas, Tarumas, Chachapoyas, Huacrachucos, Chupachus y otras etnias pequeñas como los Panathuas, chunatahuas, entre otros.
Eliseo Infante, manifiesta que los pobladores de Churubamba, Pachabamba, Acomayo, Panao y Marañón, aún conservan su idioma de origen; niños, jóvenes y adultos, se comunican con total naturalidad. Compuesta por 17 consonantes y 3 vocales, aconseja que la práctica en el plazo de un año, puede ayudar a dominar esta lengua, entender la variación fonética, pero mantener la escritura.
“El tema de la inclusión, ayudó a que más comunidades se puedan comunicar en la lengua originaria y que trabajadores del sector público, se capaciten con identidad frente a estas poblaciones”, refiere el director de la academia.
Huánuco tiene seis familias lingüísticas del quechua: Pachitea- Huánuco; Ambo-Pasco; Lauricocha-Yarowilca; Huamalíes-Dos de Mayo y Marañón Huacaybamba.
Eliseo Infante, natural de la provincia de Dos de Mayo destaca que durante 18 años estudió el quechua en Panao, con la ayuda del investigador Pablo Smith, de nacionalidad americana. Instalados por años en los diversos centros poblados, lograron editar el Nuevo Testamento de la biblia, en el quechua huanuqueño, en la presentación del libro lograron las 5 mil ventas. El trabajo constituyó una serie de publicaciones, desde cantorales, oraciones, textos y recopilaciones de historias.
“Es devolver a nuestro pueblo, lo que le corresponde, y por el tiempo que lo arrebatamos, reconocer su lengua dentro de un texto, es que ellos se sientan parte de esta sociedad, sin exclusiones y sin diferencias”, destaca.
Invocó a las nuevas generaciones, para promover la lengua y aprender esta milenaria historia.
“Nuqanchi kanchi, Pillku ayllukuna, Chinchaysuyu markakuna Tawantinsuyu llaqta kama” Tinkunanchikama Pakillä.
“Nosotros somos, la familia del Valle del Pillco, somos pueblo del Chinchaysuyo, Pertenecemos al gran Tahuantinsuyo” Hasta nuestro próximo encuentro, gracias.
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