Las callecitas se tiñen anaranjadas con el sol del amanecer. Vischongo despierta temprano y con el sabor a níspero a cuestas mientras el airecito, típico de esta serranía, nos invita a enamorarnos de este pueblo.
Han pasado dos horas desde que dejamos Huamanga y ya hemos llegado al distrito de Vischongo (provincia de Vilcashuamán). En su placita nos recibe una estatua. Es el inca Tupac Inca Yupanki que lleva en la mano un kero y señala al sol (del ocaso). A la izquierda se eleva la iglesia del lugar que (así como en Cangallo) guarda dentro de ella a la Virgen de la Asunción.
Vischongo fue creado un 29 de agosto de 1824 bajo el Decreto Ley N° 35 firmado por Simón Bolívar, esto en agradecimiento por la participación del pueblo en la gesta de independencia acompañando al morochuco Pablo Basilio Auqui Huaytalla.
Pero Vischongo también tiene la herencia del durazno, de la manzana, las tunas y el níspero. Ubicado entre los ríos Warmy-yaku, Wayllura y el Lambras, el distrito tiene un hermoso valle, acaso agradable y accidentado, protagonista de cumbres y barrancos, apasionante paisaje para caminantes.
El distrito de Vischongos posee, además, el bosque de titankas (puyas de Raimondi) ubicado a 5 kilómetros y la laguna de Pomaqocha. Dentro de ella hay restos arqueológicos como un Intihuatana.
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