El Camino Inca tiene diversas importantes paradas en el centro y centro sur peruano, como las de Huaytará o Vilcashuamán donde podemos apreciar construcciones incas dignas sobrevivientes a la llegada española. Y también paradas como las de Vischongo donde sus muros relatan la grandeza incaica libre de la intromisión del viejo continente.
Cada pueblo tiene una historia en su nombre. Esta vez luego de recorrer las rutas de Huancavelica, Tierra del Amor Verdadero, partimos a Vischongo, en Ayacucho, cuyo nombre significa “desperdiciar el corazón en amores fugaces”.
El distrito de Vischongo es una de las 34 localidades cercanas a la ruta del Capac Ñan (Camino Inca) que une Huamanga con Vilcashuamán. Si recorres el Capac Ñan, Vischongo es una parada obligatoria ya que ahí puedes encontrar al Complejo Arqueológico de Intihuatana o Complejo Monumental Intihuatana de Pomacocha, centro residencial de la época incaica.
Para entender la importancia de Vischongo hay que conocer la grandeza del Capac Ñam, más de 30 mil kilómetros de caminos que interconectaban a Perú, Bolivia, Chile, Ecuador y Colombia en el Imperio Incaico. El Capac Ñam es la máxima creación cultural y de organización, social, política, religiosa, económica y militar de la época y tal es su importancia que hasta ahora se utiliza.
El Camino Inca no solo alberga imágenes del pasado sino un presente de culturas vivas en tradiciones de literatura oral, arte, artesanía, música, danza, fiestas, medicina tradicional e identidad.
Es así que guiados por el Capac Ñam y tras una hora y media de ruta en bus llegamos a Vischongo, donde podemos encontrar una residencia incaica, con sus respectivas construcciones de protección militar y de organización social y religiosa.
Ingresando al complejo arqueológico podemos apreciar una laguna artificial, construida en época incaica, conocida como la Pomacocha que en tiempos de lluvia toma la forma de un puma y en tiempos de sequía dicen que la silueta de un conejo.
Por un camino empedrado llegamos a una escalinata que alterna piedras pulidas con piedras naturales, estamos rodeados por una muralla inca, que grosera con las construcciones modernas, se da el lujo de mantener por milenios su forma serpenteada.
Seguimos la ruta y encontramos los baños del inca, clásica construcción cuadrangular con caídas de agua perfectamente niveladas en un suave discurrir. Saliendo de los baños, por otro camino empedrado, llegamos al Acllahuasi, morada de jóvenes mujeres, que fueron seleccionadas para el servicio del Imperio Incaico
A través de las construcciones realizadas con un exacto pulido, en algunas se hallan dibujos en alto relieve que destacan la fauna de la zona, llegamos al Intihuatana palabra en quechua que quiere decir “donde se amarra el sol” una construcción que permite observar las horas del día en base a la sombra que proyecta la posición del sol y que servía de guía a los sacerdotes incas.
La travesía termina con un paseo en bote por la Pomacocha, en los cielos aves silvestres y a nuestro lado patos andinos. El silencio y la tranquilidad envuelven el orgullo de un pasado glorioso. El guía de nuestro bote corona la jornada, lleva puesta la camiseta peruana.
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