Una de esas ventosas tardes, acordamos el lugar preciso, una biblioteca particular de esas pocas que la gente de hoy aspira a cultivar como flores inmortales de un jardín, para conversar sobre “Si escuchas a un ángel” (En Blanco Editorial, 2021), ópera prima de un narrador que no le teme a la muerte.
Juan Elías, cuéntame, ¿cómo te has formado y de dónde nace tu vocación de escritor? Yo tuve ese bicho de la escritura desde la secundaria. A mí me sucedió algo curioso. En los colegios estatales y privados a los que fui me molestaba leer a José María Arguedas. A uno se le obligaba a leer La agonía de Rasu-Ñiti, Todas las sangres, El Sexto, pero a los doce años uno no entiende el mundo. En mi caso, yo no comprendía el mundo andino. Me fue difícil. Llegué a odiar, ¡de verdad!, llegué a odiar fuerte a José María Arguedas, pero en el sentido de lo complicado de su obra. Por ejemplo, todo el proceso del baile del danzante en La agonía de Rasu-Ñiti, hacía que me imaginara un mundo mágico.
No entendía, finalmente, nada de lo que quería decir. Años más tarde, ya en la universidad, gracias a La utopía arcaica de Mario Vargas Llosa, entendí que todo es simbología, que todo está compuesto de símbolos, y que cada símbolo representa algo mucho más grande. Sin embargo, a los doce años, uno no entiende eso. Entonces, decidí buscar otras cosas que leer. Empecé a leer a Julio Ramón Ribeyro. El profesor suplente hizo que me sintiera identificado. ¡Yo soy el profesor suplente! Aún así, eso no me llenaba del todo. Un día cayó en mis manos El túnel de Ernesto Sábato. Me dije: Ahí es el camino. Era alguien que escribía de la forma cómo yo quería leer. Mezclaba filosofía, literatura, historia, psicología y todo en un solo libro de manera digerible, lo que uno no encuentra en La náusea de Sartre. Incluso creo que El extranjero de Albert Camus es un poco complicado. Pero eso no sucede con El Túnel. Para mí es un libro digerible. Siento tal vez un poco de empatía por Juan Pablo Castel. Ahí comenzó el bicho de querer hacer literatura. En la universidad yo tenía mis lecturas aparte.
Otros amigos, hoy escritores, Jefferson Gómez, Kevin Félix, Edison Castellanos, todos ellos tenían sus propios referentes literarios. En las aulas nos formaban más para ser profesores y no tanto escritores. Uno mismo tiene que auto instruirse. Por mi parte, tampoco encontraba espacios para compartir sobre temas literarios. Leí, Wari, tus anteriores entrevistas y no sé por qué nadie menciona a un colega llamado Yorch Politzer, un tipo pintoresco, muy de mente positiva, animoso de convocar a gente interesada en escribir, con quien empezó el Círculo Literario. Lástima que una vez en un evento llamado La Incontrastable, algunos escritores sumamente críticos como Hugo Velazco o Sergio Castillo, criticaron con acidez sus primeros cuentos. A Yorch le dolió tanto que se cambió de carrera a Administración y Finanzas. Gracias a él conocí, sin embargo, a otros escritores jóvenes como Luis Inga o Eduardo Huayanay. Yo me sentía muy solo, además, siempre fui un lector solitario. Por otra parte, yo tenía en proyecto parte de estos cuentos que iba a publicar bajo el auspicio de Vladimir Soto. No se llegó a realizar porque vinieron varias cosas y me fui a trabajar lejos. Sin embargo, en 2020, llegó la pandemia y para mí significó el fin del mundo.
Recuerdo a Vizcarra hablando en Televisión Nacional anunciando quince días de cuarentena. Parecía una película apocalíptica. Escuchábamos en familia el índice de muertos que iba en aumento. Fue atroz. Comencé a escribir durante aquel periodo en las madrugadas, sin el ruido mundano de los carros ni de la gente. Escribía y releía a diario por un año que no salí para nada. No me gustaba la idea de morir tirado en una fría cama de hospital. Me parecía patético. Asumo, Juan Elías, que alguno de los veintinueve cuentos de tu libro nació durante esa etapa de enclaustramiento pandémico.
Datos
Para leer la entrevista completa ir a: https://elhabladorprofano. blogspot.com/2023/02/un-espiritu-atormentadoentrevista-al.html
Pueden adquirir el libro a través de la Librería El Tábano Sucio escribiendo al WhatsApp 914574241.
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