La Virgen de Cocharcas tiene miles de fieles en diversas partes del país y el distrito de Sapallanga se viste de fiesta para demostrar su devoción.
Visitar a la Virgen de Cocharcas en su día fue una experiencia inolvidable, ya que es una de las festividades tradicionales más grandes de la región junín. El fervor que se muestra y la explosión de color, música y bailes, son lo que asombran a los visitantes y generan mucha admiración.
Llegar a Sapallanga desde Huancayo toma menos de media hora, pero durante las festividades, el paso se dificulta por una interminable feria que antoja a los recién llegados, con los deliciosos platillos regionales. Pachamancas, carnero y cerdo al palo, mazamorras de todos los tipos, picarones y demás, jalan la vista y el olfato.
Cientos de creyentes se dan cita en la iglesia de Sapallanga para poder mostrar su devoción y fervor a la Virgen de Cocharcas. Una cola interminable se encuentra a las afueras esperando que la Virgen sea puesta en su anda, mientras numerosas velas son puestas en las afueras y cientos de rezos esperan ser escuchados por la Virgen.
Otra forma de demostrar devoción a la santísima es por medio de la música y la danza. Esta festividad no sería la misma si no se presentaran las numerosas bandas de músicos y las diversas pandillas de bailarines que se reúnen para mostrar sus mejores galas.
Chonguinos, Negritos de Garibaldi, Apu Incas y Avelinos, son algunos de los grupos cuya devoción se muestra al compás de los tambores, y cuyas coreografías se presentan afuera de la Iglesia, con la esperanza que la Virgen se sienta feliz de ver tanta alegría y es a través de estos, que el júbilo termina por contagiar a todos los asistentes. Los colores resplandecientes de los bordados en la vestimenta de los bailarines son exquisitos y complementan de manera perfecta toda la festividad.
Cuando el anda de la Virgen sale en procesión, es recibida por todos los fieles que la esperan con alfombras de flores y aserrín, mientras que las diversas bandas se turnan para poder acompañar a la Virgen. Numerosas personas hacen fila para que la Virgen pueda bendecir a sus hijos, sus negocios o sus familias y esperan para dar sus ofrendas. Y esperaran un próximo año para seguir cultivando su fe.
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