Ayacucho: La ruta de Pachacútec
Qhapaq Ñan entre Ayacucho, Huancavelica e Ica presenta sitios arqueológicos de obras que edificó el inca que inició expansión.
Uno de los sitios incas más imponentes en Ayacucho es Vilcashuamán. Este lugar de descanso para el emperador está conectado por un tramo del Qhapaq Ñan con el complejo de Tambo Colorado, en la costa de Ica.
El arqueólogo huamanguino Nils Sulca comenta que esta ruta tiene varias muestras de arquitectura imperial del reinado de Pachacútec.
Huellas del conquistador
Tradicionalmente se considera que el Imperio incaico se inicia con la victoria de Pachacútec sobre la Confederación Chanca.
Sulca relata que Vilcashuamán era un sitio estratégico para el Tahuantinsuyo. Se conectaba con la capital, Cusco, y además con la costa.
Hoy, en el pueblo de Vilcashuamán se puede ver la arquitectura que se realizaba durante el apogeo del Imperio incaico.
A un lado de su plaza están el ushnu del inca, lugar donde tomaba asiento el soberano durante las ceremonias. Al otro lado se ubica el templo del Sol y de la Luna. A la llegada de los españoles, sobre este recinto se edificó la iglesia de San Juan Bautista.
Curiosamente, en otra parada del camino a la costa, Huaytará, en Huancavelica, los europeos construyeron otra iglesia dedicada a San Juan Bautista sobre otro templo del Sol y de la Luna.
Sulca refiere que podía demandar 10 días viajar de un extremo al otro de este tramo, siempre que se contara con auquénidos para llevar el equipaje.
En otro punto de esta ruta está Pomacocha, que se supone es el lugar donde nació Amaru Inca Yupanqui, primogénito de Pachacútec.
“Se presume que es una hacienda real de descanso del inca”, afirma Nils Sulca. Sin embargo, Túpac Inca Yupanqui, su hermano, fue el que sucedió al soberano que empezó la expansión del Tahuantinsuyo.
Sulca añade que este, al igual que otras paradas del camino, como Incahuasi, era la forma que tenía el imperio de controlar los nuevos territorios anexados.
“Por lo general, se destaca que estos caminos ampliados en el Tahuantinsuyo servían para intercambiar bienes. Pero en realidad fue útil para administrar el espacio”, indicó el arqueólogo.
Asimismo, reconoció la belleza de los acabados de las llactas o edificaciones hechas en esta zona. Indicó que por su finura hacían suponer que era un tramo muy importante para el Estado inca.
Dato
400 km tiene la vía que une Vilcashuamán con Tambo Colorado.
