La investigación analizó cómo ciertos estímulos narrativos y estéticos activan zonas del cerebro vinculadas al bienestar, posicionando al cine de Miyazaki como un recurso emocionalmente saludable.
Un equipo internacional de neurocientíficos, con participación del Imperial College de Londres, publicó recientemente un estudio que confirma lo que muchos intuían: ver películas de Studio Ghibli puede mejorar el estado de ánimo y generar una sensación de bienestar emocional. La investigación, centrada en los efectos de ciertos productos culturales sobre el cerebro, identificó que las obras del estudio japonés activan regiones asociadas a la calma, la empatía y la percepción estética.
El análisis incluyó títulos como Mi vecino Totoro, El viaje de Chihiro y La princesa Mononoke, y se enfocó en cómo sus elementos visuales, sonoros y narrativos —como los paisajes naturales, la música envolvente y los personajes emocionalmente complejos— estimulan la producción de dopamina y oxitocina, neurotransmisores relacionados con el placer y la conexión social.
Los investigadores señalaron que estas películas no solo entretienen, sino que también ofrecen una experiencia sensorial que favorece la regulación emocional y la reducción del estrés, especialmente en contextos de ansiedad o sobrecarga mental. El estudio sugiere que el cine de Ghibli podría utilizarse como herramienta complementaria en terapias de salud mental, sin reemplazar tratamientos médicos, pero sí como un recurso de autocuidado.
Además, se observó que el impacto positivo se amplifica cuando las películas se ven en compañía o como parte de una rutina de descanso. La investigación forma parte de una línea más amplia que explora cómo el arte, la ficción y los videojuegos pueden contribuir al bienestar psicológico desde una perspectiva neurocientífica.
Fuente: Fotogramas / 13/10/2025
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