
A un año de la inauguración del Puerto de Chancay, muchos pequeños accionistas lamentan que sus inversiones en la empresa Inversiones Portuarias Chancay todavía no generan beneficios concretos.
Cuando el megapuerto fue presentado como una infraestructura clave para el comercio exterior peruano, miles de personas vieron en las acciones de Inversiones Portuarias Chancay una oportunidad para participar en un proyecto estratégico. Se estima que en 2024 alrededor de 73.000 personas naturales compraron títulos de esta compañía.
Sin embargo, los resultados financieros no acompañan ese entusiasmo. La empresa aún no está obligada a presentar estados financieros completos ni repartir dividendos, lo que genera incertidumbre entre los inversionistas y dificulta la valoración de sus acciones.
Analistas explican que el momento de entrada marca la diferencia: quienes compraron antes de la subida especulativa lograron ganancias, mientras que muchos que entraron tras el pico enfrentan pérdidas o retornos lentos.
Por otro lado, no se vislumbran catalizadores concretos de corto plazo para que las acciones se revaloricen de manera sustancial: ni listado adicional de la empresa matriz ni reparto inmediato de utilidades.
Ante este escenario, la recomendación para quienes compraron por expectativas es asumir la pérdida, establecer un horizonte de inversión más largo o replantear la estrategia. Mantener una participación sin perspectivas claras también implica un costo de oportunidad.
La historia del Puerto de Chancay sigue siendo un proyecto con alto potencial logístico y estratégico para el país, pero para los pequeños accionistas de IPCH, el camino hasta ver un retorno tangible parece prolongado.
Fuente: La República / 12/11/2025
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