Una historia de agradecimiento e inspiración reflejada en una obra maestra, un lienzo cuya autora vivió en carne propia el milagro divino.
Texto y fotos: Gianpiere Peralta Mendoza
Como ya habíamos mencionado anteriormente, quizás otro de los milagros resaltantes en el nacimiento de la Hermandad del Señor de los Milagros, se evidencia en el primer lienzo del Cristo Moreno, el mismo que hasta hoy, observamos en la catedral de Huancayo. Este lienzo es muestra del gran interés por difundir la devoción por Jesucristo en la cruz en nuestra tierra Incontrastable.
En Huancayo, en aquellas épocas de 1925 no se contaba con ninguna replica de lienzos o cuadros que evoquen la devoción al Cristo de Pachacamilla, por ello, si es que se quería hacer extensivo este culto, era necesario contar con una réplica de la imagen que ya procesionaba en la capital del país.
En aquel entonces, como si se tratará de una epifanía; la hija de Doña Isabel Abad de Palomino, fundadora de la hermandad, era conocida por sus dotes artísticos; y como toda prodigio, se ofreció a pintar el primer lienzo ante el encargo de su madre. Tal vez, agradecida e inspirada por el milagro acaecido en su familia.
Es así que la joven Celinda Bresani Abad fue la encargada de brindar una imagen del Cristo Moreno a toda una comunidad para que pueda rendir culto en nuestra ciudad. Esta obra es considerada como la primera replica realizada en el país, hecha del lienzo original de las Nazarenas.
De esta manera, ya con el lienzo pintado se sientan las bases históricas de la centenaria hermandad. La pintura realizada al óleo aún se encuentra en perfecto estado de conservación y la podemos encontrar en la bóveda principal del altar del ala derecha de Catedral de Huancayo.
Entre los detalles resaltantes, se puede notar que este lienzo es mucho más ancho que el actual y los trazos de las imágenes son un poco más grandes, sin duda alguna, es la personalidad que le otorga su autora. Aquí no solo podemos apreciar la personalidad otorgada a la pintura, sino también, la influencia artística de la época.
Incluso se destaca la joyería en este primigenio lienzo, en cuya totalidad se aplica la plata, además, resalta mucho la imagen del Espíritu Santo, por ser prácticamente la estructura ósea de una paloma, la cual sin duda alguna llama poderosamente la atención.
La pintura original contiene piezas únicas; una corona triangular de Dios Padre, el mundo sostenido por este, dos estrellas un sol y una luna entera, el letrero de INRI, la corona y el sudario de Cristo y las aureolas de la virgen y de María Magdalena y la espada o lanza que sostiene la virgen, todas elaboradas enteramente en plata de la época.
Los rayos también son enteramente en plata y, aquí podemos apreciar, el arte de los artesanos de nuestra region, posiblemente todos estos elementos hayan sido labrados por manos artesanas de San Jerónimo de Tunan, quienes tienen esta herencia cultural ancestral. Y más allá del valor económico que pudiese tener este lienzo, tiene un alto valor artístico de quienes lo forjaron en su momento.
Esta imagen procesionó hasta el año de 1961, cuando la Hermandad en aquellos años tomó la decisión de mandar a confeccionar unos nuevos lienzos para poder preservar los primigenios. Así se decidió que la Catedral fuese el lugar de custodia hasta la actualidad.
Estos lienzos salieron en procesión aproximadamente durante 35 años recorriendo las angostas calles de un Huancayo antiguo, pero que demostraba su fe y devoción como podemos ver en algunas fotos.
Es deber de todo hermano nazareno conocer, cuidar y preservar la historia de nuestra tierra y sus tradiciones religiosas que nos remontan y nos hacen sentir orgullosos hasta hoy en nuestros días.
BITÁCORA / 16/10/2025
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