La ciudad de Tarma, conocida como la «Perla de los Andes», vio nacer a una de las figuras más influyentes de la historia contemporánea del país: el General Manuel Arturo Odría Amoretti. Recordado líder que marcó un antes y un después en el panorama político nacional, pero que, para los tarmeños, es también un símbolo de orgullo.
Odría dedicó gran parte de su vida al servicio militar, donde alcanzó el rango de general, destacando por su participación en conflictos como la guerra con Colombia (1932-1933). Su carrera política lo llevó a asumir la presidencia del Perú tras liderar un golpe de Estado en 1948, estableciendo un gobierno inicialmente militar y, posteriormente, constitucional en 1950, periodo conocido como “El Ochenio de Odría”.
Para Tarma, Odría es mucho más que una figura política. Su legado como «hijo predilecto» se refleja en la admiración que persiste entre sus paisanos, quienes reconocen su contribución a la modernización del Perú y su papel en llevar el nombre de Tarma al escenario nacional. Sus obras y políticas han dejado una huella que, aunque controvertida a nivel nacional, se celebra con orgullo en su tierra natal.
Tres aspectos que considero a destacar del mandato de Odría fue:
- El golpe de Estado en Arequipa, se vio influenciado por las grandes inversiones en el país y la depredación del mar peruano por parte de las flotas pesqueras de los Rockefeller y el descuido en la educación e infraestructura. Hasta 1947-1948, los hospitales y colegios eran antiguos y había poca accesibilidad. El gobierno implementó programas sociales y mejoró carreteras, modernizó Tacna y priorizó la construcción de hospitales y colegios. La inversión en infraestructura generó empleo y capital, dinamizando la economía y creando un círculo virtuoso. Odría fue pragmático al cubrir necesidades del Estado.
- La experiencia militar de Odría, especialmente en la guerra con Ecuador, llevó a una modernización significativa del Ejército Peruano, incluyendo la actualización de los batallones de ingeniería con nueva maquinaria. Su alto coeficiente intelectual y preparación académica influyeron en sus decisiones correctas. Como general y presidente, sus órdenes eran acatadas rápidamente, y su conocimiento del funcionamiento del Estado facilitó la implementación de sus mandatos sin observaciones.
- El legado de Odría tiene aspectos positivos y negativos. Su trato hacia ciertos movimientos fue cuestionable, pero su política impulsó el desarrollo y la infraestructura en todo el país. Aunque hubo levantamientos y falta de libertades democráticas, su legado en infraestructura es recordado positivamente. La modernización en educación, economía y otros temas fue fundamental para él. Políticamente, enfrentó oposición y resentimiento de la élite económica, pero su impacto en la historia del Perú es innegable.
DATOS:
- Nació el 26 de noviembre de 1896 en Tarma y falleció el 18 de febrero de 1974 en Lima.
- Fue presidente del Perú entre 1948 y 1956.
- Sus restos se encuentran en la Catedral Santa Ana de Tarma.