Cercanía con la ciudad de Lima permite disfrutar de encantadores lugares en esta gema del Valle del Mantaro
La provincia de Huancayo se alista para celebrar por todo lo alto su 159 aniversario de creación política. Esta efeméride constituye una nueva oportunidad para viajar a este encantador destino y maravillarse con sus imperdibles atractivos turísticos que cautivan a los visitantes de todo el país y del mundo que llegan a esta gema del Valle del Mantaro y cuna de la población más feliz del Perú.
La ciudad de Huancayo, capital de esta provincia, recibió el título de “Ciudad Incontrastable” el 20 de marzo de 1822, en reconocimiento a la valentía, espíritu rebelde y vocación libertaria de su pueblo durante la guerra por la independencia nacional.
Durante la República, Huancayo ha sido varias veces elegida por presidentes de la República como sede de gobierno transitorio; y el 16 de noviembre de 1864, durante el gobierno de Juan Antonio Pezet, se decretó la creación de la provincia de Huancayo, una de las nueve que tiene actualmente el departamento de Junín.
Atractivos turísticos
A continuación, conoce los emblemáticos atractivos turísticos de la provincia de Huancayo:
Plaza Constitución
Huancayo no tiene una Plaza de Armas como otras ciudades del Perú, sino que su plaza principal se llama Constitución, denominada así en homenaje a la Constitución liberal de Cádiz de 1812. Se ubica en el centro de la ciudad y acoge monumentos en honor al mariscal Ramón Castilla, quien en esta ciudad decretó la abolición de la esclavitud de los afroperuanos el 3 de diciembre de 1854.
Catedral
Se ubica en la Plaza Constitución. Su construcción comenzó el 18 de marzo de 1799 y terminó el 18 de marzo de 1831. Por bula del papa Pío XII fue elevada a Iglesia Catedral, en 1955. Allí presta servicios el arzobispo metropolitano de Huancayo y cardenal del Perú, Pedro Barreto.
Considerado monumento histórico nacional porque en ella se aprobó la Constitución de 1839, la catedral tiene un estilo neoclásico y en su interior conserva pinturas de la Escuela Cusqueña.
Ubicada en el centro histórico, es considerada la más antigua dado que allí tuvo lugar la fundación española de la ciudad de Huancayo el 1 de junio de 1572 por el capitán Jerónimo de Silva. Durante la Campaña de la Breña, en la Guerra del Pacífico, la Plaza Huamanmarca fue escenario del fusilamiento de tres héroes: el coronel Vicente Samaniego Vivas, y los capitanes Tomás Gutarra Solís y Enrique Rosado Zárate, el 22 de abril de 1882.
En esta emblemática plaza tuvo su origen la famosa Feria Dominical, que se realizaba dos veces por semana, y que congregaba a los artesanos de las diversas provincias.
Parque de la Identidad Huanca
Ubicada en el barrio San Antonio, su original diseño constituye un permanente homenaje a los artistas que dieron renombre a la provincia de Huancayo.
Cerrito La Libertad
Localizado a un kilómetro al este del centro de la ciudad, se trata del mirador de Huancayo dado que desde este lugar se observa un excelente panorama de gran parte del valle del Mantaro.
Actualmente ofrece un tono diferente dado que fue remodelado en su integridad y cuenta con juegos recreativos y mecánicos, piscina semiolímpica, un pequeño zoológico y una Concha Acústica o anfiteatro.
Ingenio
En la afueras de la ciudad, a unos 30 kilómetros al noreste de Huancayo, se encuentra Ingenio, uno de los lugares más bellos del Valle del Mantaro. Por su especial belleza paisajística se le llama también «Valle Azul».
Ingenio cuenta con un criadero de truchas en el que se observa el ciclo biológico de este pez de agua dulce emblemático de la sierra peruana. El lugar cuenta con hermosos recreos campestres donde se pueden degustar diversos platos a base de esta especie hidrobiológica y otros típicos de la región.
San Jerónimo de Tunán
Los artesanos de San Jerónimo de Tunán son reconocidos orfebres por su habilidad para trabajar delicadas piezas de oro y plata empleando la técnica de la filigrana. El pueblo conserva una iglesia en la plaza principal con hermosos altares tallados en madera de estilos barroco, churrigueresco y románico.
Cochas Chico y Cochas Grande
Son centros poblados del distrito de El Tambo, ubicados a once kilómetros al noreste de Huancayo. Sus habitantes se dedican al burilado de mates, que consiste en el grabado de estampas costumbristas con una pieza metálica llamada buril, sobre la superficie del fruto llamado mate, similar a la calabaza.
Los artesanos testimonian con gran creatividad en los grabados las tradiciones del pueblo huancaíno. Los mates burilados tienen diversos tamaños, colores y diseños.
Santuario de Wariwillka
Se trata de una edificación de la cultura Wari, construida entre los años 900 d. C. y 1200 d. C. Y cuenta con un museo de sitio. Wariwillka fue centro del intercambio comercial entre los pueblos del Valle del Mantaro, Ayacucho y Huancavelica.
Nevado Huaytapallana
Ubicado a 5,557 metros sobre el nivel del mar, cuenta con varias lagunas que dan origen a los ríos Shullcas, Yaracyacu y Chiapuquio. Allí se puede practicar deportes de aventura. En la parte baja del Huaytapallana, que significa «Lugar donde se recogen flores», existe una hermosa flor llamada “Sumarchuncho” que florece solamente en época de Semana Santa, y se recoge para la confección de coronas florales.
Huaylarsh
Huancayo tiene en el Huaylarsh a su danza embajadora regional, cuya exultante interpretación cautiva a todo el Perú y el mundo. De claras raíces prehispánicas, pero enriquecida con el mestizaje, esta original expresión del folclor en el valle del Mantaro fue declarada Patrimonio Cultural de la Nación el 23 de febrero de 2005.
Al respecto, el egregio escritor e intelectual indigenista José María Arguedas, escribió sobre el Huaylarsh que es una danza que se interpreta antes, durante o después de la faena agrícola.
“Y como tajantemente señala Zenobio Dagha: esta es la verdadera médula del origen del Waylarsh Wanka, inmerso en el mito, fuerzas cósmicas y mágico religioso, sobre todo en el desarrollo y la vigencia de la cultura popular wanka, aunque no les guste a los chauvinistas y folcloristas locales que no ven más allá de los cerros de su aldea”, afirmó Arguedas.
Versiones
Existen dos versiones del Huaylarsh: el antiguo o rural tradicional y el mestizo moderno. La versión antigua del huaylarsh pretende rememorar la danza que se efectuaba después de la jornada agrícola desde épocas ancestrales, y se interpreta de forma similar a la “Cachua” o el “Haylli”, que son danzas en las que se manifiesta el galanteo de loa varones hacia las mujeres.
En tanto, la versión moderna se atribuye a Zenobio Dagha Sapaico, del pueblo de Chupuru. En 1949 estrenó la muliza, huaino, huaylarsh y fuga “Mi Tierra Wanka” con lo que se dio inicio a un nuevo tipo de huaylarsh. Al año siguiente, Dhaga Sapaico fundó la orquesta “Juventud Huancaína”, sentando las bases del huaylarsh moderno.
Esta nueva versión se desliga casi por completo de su motivación agrícola y enarbola solo el esparcimiento alegre y divertido. Es un baile que con los años se generalizó tanto en las ciudades como en las comunidades campesinas y que se interpreta especialmente en la celebración del carnaval y en el concurso nacional que se realiza anualmente.
Interpretación y vestimenta
El Huaylarsh moderno es interpretado por diez parejas conformadas por danzantes hombres o “hualarsh” y mujeres o “huamlas”.
La vestimenta de los varones está conformada por el “Chucu” o sombrero de paño de lana de oveja de color negro o blanco; la camisa confeccionada de bayeta de color blanco sin cuello; saco y pantalón de color negro; el Wat’ruco o wat’raco, que es una faja ancha con dibujos multicolores; las ojotas o llanqui, que es un calzado hecho de cuero o jebe; y un par de pañuelos, uno en cada mano.
Por su lado, las mujeres visten “Chucu” o sombrero de color negro; en el cintón que rodea la copa, van insertadas flores silvestres; las “Lulipas” o fustanes plumillados en número de 2 o 3; los “Mangars” o “maquitos” que cubren los brazos y no llevan bordaduras.
También llevan puesto un “Huat’ruco” o faja ancha, tejida con vistosos colores y motivos; un “Pullu” o manta de lana gruesa con franjas horizontales con motivos y colores; y el “Quipi” o atado en la espalda que guarda botellas de chicha.
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