Huaripampa, conocida como la “Cuna de la Tunantada”, es un distrito que posee historia, folclor y gran potencial turístico en cada metro de su territorio.
Antiguamente limitaba con los actuales poblados de Pachacayo, Yauyos y Mito, la misma que fue ocupada por la etnia de los “huaris” o “jaris”. En el incanato fueron anexados al Chinchaysuyo, quedando como evidencia las colcas, terrazas y habitaciones circulares que se observan en los sitios arqueológicos de Quinlliyoc, Pumpunya y Pircas. El 29 de setiembre de 1570, fue fundado como uno de los primeros pueblos españoles en el valle del Mantaro, bajo la advocación de San Miguel Arcángel, posteriormente fue conformado como una doctrina o parroquia y finalmente el 16 de noviembre de 1864 fue reconocido como distrito.
Durante el proceso de Independencia del Perú, el pueblo huaripampino tuvo una activa participación al mando de Bruno Terreros Baldeón, quien encabezó la defensa de Chupaca frente a las fuerzas de Carratalá y organizó los cuerpos auxiliares del Ejercito Patriota conformado por guerrilleros montoneros de toda la margen derecha del Mantaro, desde Chongos hasta Yauli, encargado por el gobernador de Jauja y el General Arenales, accionar que concluyó con la independencia del Perú.
Durante la Guerra con Chile los huaripampinos volvieron a demostrar su patriotismo en la sangrienta “Batalla de Huaripampa” del 22 de abril de 1882, al mando del padre Buenaventura Mendoza, contra los chilenos comandados por Estanislao del Canto. Esta resistencia fue protagonizada por guerrilleros montoneros armados únicamente con 10 rifles, 5 escopetas, rejones, palos, hondas y piedras, quienes se enfrentaron a un conjunto de artillería, caballería e infantería de chilenos muy bien armados.
A pesar del gran arrojo demostrado, la resistencia huaripampina fue diezmada, invadieron el pueblo, la incendiaron, saquearon y mataron a todo aquel que sobrevivió y finalmente capturaron a Fray Buenaventura Mendoza a quien exigieron decir vivas por el país invasor, negándose con gran ímpetu y patriotismo, fue ultimado sin antes gritar a viva voz “Viva el Perú”. Este hecho, convirtió a esta tierra en uno de los primeros pueblos en establecer una férrea resistencia al invasor chileno, marcando el inicio de la contraofensiva peruana a través de la posterior “Campaña de la Breña” liderado por “El Brujo de los Andes”.
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