Celebración emblemática regional que empezó en Navidad se prolonga hasta el 19 de enero
Huánuco es en estos días el epicentro de una de las festividades más icónicas del Perú. La celebración de la Navidad es la piedra angular y punto de partida para una prolongada celebración plena de sincretismo religioso y cultural que dura casi un mes y que tiene en la danza de Los Negritos, declarada Patrimonio Cultural de la Nación, a la expresión más significativa que identifica y aglutina a la devota población de esta encantadora región cuya fascinante geografía es una bisagra entre los Andes y la Amazonía.
La Plaza de Armas de la urbe fundada el 15 de agosto de 1539 con el nombre de “Muy noble y leal Ciudad de los Caballeros de León de Huánuco”, congrega desde el 24 de diciembre hasta el 19 de enero del año siguiente a una multitud exultante que recibe entre vítores a las diversas cofradías de negritos danzantes procedentes de todas las provincias.
Sus integrantes, principalmente varones, engalanados con elegantes y coloridas vestimentas, así como máscaras que aluden a los célebres personajes afroperuanos que dan nombre a esta icónica danza, se desplazan armoniosamente al ritmo y compás de jubilosas melodías hasta el estrado donde les espera la imagen del niño Jesús para que le rindan reverencia con gran devoción cristiana y felicidad. A ellos se suman otros personajes, representados por mujeres y niños que también portan refinadas vestimentas de diversas tonalidades y máscaras que danzan inmersos en jolgorio para rendir también homenaje al redentor recién nacido.
Cofradías como “Niño Jesús San Cristóbal de Rosavero”, “Niño Rey de Andabamba”, “Jesús amigo”, “Niño Jesús de la hacienda Vichaycoto”, “Niño Jesús de la Capilla Cruz Verde”, “Niño Jesús Señor de Puelles”, “Niño Jesús de los Caballeros de León”, “Niño Jesús redentor de Huánuco”, entre otros que representan a los diversos barrios de la ciudad, son la principal atracción en los alborozados pasacalles que no se apaciguan ni siquiera con la lluvia de moderada intensidad que cae en estos días sobre la bella urbe capital de la región Huánuco y que bautiza a los eufóricos danzantes.
En esta celebración, sobre todo en la que tiene lugar la víspera de Navidad, participan las principales autoridades de Huánuco, acompañados de funcionarios del gobierno local y regional, que también conforman las diversas cofradías de danzantes, así como la hospitalaria y devota población huanuqueña.
Origen e historia de la danza Los Negritos
Las danzas conocidas como Los Negritos, con sus diversas variantes regionales, forman parte de un género de danza muy difundido en la región andina, en el que coinciden motivos de fuentes muy diversas y que podría resumirse en dos órdenes.
El primero es la presencia de pobladores de origen africano, que llegaron con la implantación del régimen colonial en calidad de mano de obra esclava. El segundo derivaría de la difusión de danzas españolas en las que se representaba al musulmán de piel oscura, ya sea como infiel enemigo o como converso al cristianismo, caracterizado con trajes lujosos y en ocasiones con máscaras de expresiones feroces, como las danzas de moros y cristianos y las de turcos. En todas estas versiones, estas representaciones están plenamente integradas no solo a la ritualidad cristiana sino a la derivada de la cosmovisión andina.
La presencia de estas expresiones impactó profundamente en la imaginación del poblador andino que, bajo influencia española, representó en múltiples expresiones coreográficas a las poblaciones de origen africano con el nombre de negritos, negrerías o morenos y morenadas.
Aunque la población de origen africano tuvo mayor presencia en la costa, las danzas que representan a este nuevo estrato social y étnico se hicieron muy populares en la región andina, mezclándose con los motivos de las danzas de origen español en las que se representaba al pagano y al converso, de imagen exótica y visualmente barroca, combinando las referencias a la servidumbre y esclavitud con las de lujo y vistosidad del pagano, con el uso de máscaras, trajes muy decorados y una coreografía elegante.
Estas danzas suelen formar parte de festividades del calendario católico como la natividad o en honor a una Virgen, como la Virgen de la Candelaria o la Inmaculada Concepción. En los referentes de estas danzas también está presente una alusión a la misma población nativa, cristianizada y sometida al régimen de servidumbre.
Teniendo en cuenta la complejidad de tales referentes, se entiende que este género de danza tenga versiones muy diversas, dependiendo del sentido de la representación, lo cual deriva a su vez de las coordenadas históricas de cada tradición local y regional.
Con esta distinción, los Negritos de Huánuco se suman a las danzas Hatajo de Negritos, las Pallitas, la Morenada, Negritos de Ingenio, Negrería de Huayllay, Negros de Malvas, Negrillos de Andahuaylas, Negritos de Huayllán y Negritos de Marcas, y Negritos del Suroeste de Huaytará, también declaradas como Patrimonio Cultural de la Nación.
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