La selva central del Perú, es esa cintura en la silueta de nuestro mapa territorial, que esconde una ciudad que turísticamente hablando lo tiene todo.
Ubicada a unas 9 horas de Lima y a 5 horas de Huancayo, Pichanaki es sin duda, la alternativa si de vacacionar en la selva central se trata. A 525 m s.n.m., su clima tropical es húmedo y súper cálido, con lluvias sorpresivas durante los meses de marzo a noviembre, siendo de julio a octubre una temporada ideal para disfrutar un verano inolvidable.
A sus 45 años de creación política, Bitácora visitó sus cataratas, disfrutamos de su gastronomía y conocimos la comunidad nativa de Bajo Kimiriki, donde encontramos la «Aldea de Salud» Antiabyarite, reconocida por sus sabios curanderos ashaninkas y artesanos, como William Pérez que nos recibió con los brazos abiertos en su acogedor puesto de artesanías.
Pichanaki es sinónimo de cataratas, fue así que también visitamos la majestuosa catarata de Kuviriani, conocida como «Tres Deseos», a una hora de la ciudad, para lo cual les recomendamos contratar los servicios de un guía turístico. Lo primero que sorprende de Kuviriani es su imponente caída de agua de 120 metros al ras de la roca y su amplio pozo, perfectos para refrescarnos y descansar del clima caluroso de la zona. Otro destino al cual hicimos una rápida vista fue las cascadas llamadas «Las Trillizas» del centro poblado de Santa Isabel; definitivamente en Pichanaki tenemos para escoger.
Pichanaki es reconocida a nivel nacional e internacional como una de las zonas más ricas y diversas en la producción de cafés, cuyos principales países donde exportan sus productos son Alemania, Inglaterra, Holanda, Bélgica, EUA y Japón. Llena de cafeterías de especialidad alrededor de la plaza principal, logramos disfrutar de auténticas delicias; sobre todo de cafés de especialidad fríos como el Cold Brew para calmar el bochorno.
Otra atracción súper cerca de la ciudad, a orillas del río Perené, es la zona conocida como La Playa; el paseo en bote es una auténtica experiencia, dando vueltas río arriba y río abajo a toda velocidad, con salpicones de agua en el rostro y saludando a los niños que, provistos de sus cámaras de llantas, juegan a ser navegantes.
Pichanaki sorprende con su crecimiento a su «corta edad» ya que es increíble como una ciudad de descendientes ashaninkas, colonos y emigrantes se ha convertido en una referencia de cómo el turismo hace grande a su pueblo; ahora dejemos las fotos y el texto, y ¡vamos a conocerla!
DATOS:
. Repelente y bloqueador son imprescindibles para vacacionar si no estás acostumbrado a la selva.
. La cámara de fotos siempre tendrá que estar a la mano y nunca apagada para no perdernos de nada, te sorprenderás.
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